martes, 12 de agosto de 2014

Vuela

Vuelan los pedazos y las cenizas se amontonan en mis labios, volando entre susurros, volando entre el calor efímero que sujetan mis dedos.
La noche es negra, Y la tenue luz que sujeta la negra noche titila en un macabro baile, sonrojando mis pupilas.
No importa nada en la negra noche, porque las ventanas están cerradas y no quedan más que reflejos de la luna incandescente, que ya no quema, que se cansó de ponerse guapa para negra noche.



Pequeño.

martes, 28 de enero de 2014

(?)

Debe ser bonito eso de perdonarse.
Debe quedarse más ligera la almohada y los sueños y los pasos.
Tiene que ser la hostia.