martes, 12 de agosto de 2014

Vuela

Vuelan los pedazos y las cenizas se amontonan en mis labios, volando entre susurros, volando entre el calor efímero que sujetan mis dedos.
La noche es negra, Y la tenue luz que sujeta la negra noche titila en un macabro baile, sonrojando mis pupilas.
No importa nada en la negra noche, porque las ventanas están cerradas y no quedan más que reflejos de la luna incandescente, que ya no quema, que se cansó de ponerse guapa para negra noche.



Pequeño.

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